martes, 27 de febrero de 2007

La objetividad-subjetiva del Periodismo

En la sociedad moderna, tenemos una serie de conocimientos idealizados por la información que recibimos. A partir de los mensajes que obtenemos a través de los Medios de Comunicación, construimos ciertos juicios de valor, incluso acerca de los mismos medios, de la información y de los periodistas. Tal es el caso de las críticas que surgen constantemente acerca de si tal o cual medio, o tal o cual periodista dijo, no dijo, exageró, tergiversó, o le dio un tratamiento sensacionalista y/o amarillista a una noticia.

Algunas de las críticas hacia los comunicadores sociales que uno suele escuchar de las personas que ven televisión, escuchan la radio o leen periódicos son: “ese periodista no es objetivo”, o “los periodistas deberían ser más objetivos, imparciales o equilibrados”. Esto se basa en un criterio universal que las mismas “industrias culturales” nos han inculcado a lo largo de la historia acerca del ejercicio del periodismo y sus obligaciones éticas y morales dentro de la sociedad.

Comienzo diciendo esto, porque a partir de ahora quiero comenzar a hablar de otro tipo de objetividad, la objetividad-subjetiva del periodista, que no es más que aquella que surge, naturalmente, de la innegable fusión que existe entre “lo subjetivo” del ser humano que ejerce la actividad periodística y “lo objetivo” del método y éste emplea para llevar a cabo dicha actividad. No obstante, debemos saber (o recordar), que un periodista es ante todo, un humano, y como todo ser humano es también un ser subjetivo, que se vale de su perspectiva, que es diferente a la de cualquier otro ser.

Entonces, ¿Dónde está la objetividad periodística? ¿Con qué se come eso?. La objetividad periodística está en los métodos para recolectar la información noticiosa, en el compromiso del profesional de la comunicación con su labor social, en la identificación del periodista con los diferentes escenarios posibles de un hecho, en su entendimiento del poder de la información y la influencia de su trabajo en la vida diaria de las personas y en la intención de llegar a ser objetivo, aceptando incluso la utopía que esto representa. Al final lo objetivo (y no del todo) termina siendo la información en si. Es por esto que pienso que nunca un periodista ha sido objetivo, nunca lo será, y la razón es simple, somos seres subjetivos por naturaleza.

“Lo que yo vi, no fue lo mismo que viste tú, y acerca de lo que vimos los dos, tenemos opiniones opuestas”.

viernes, 23 de febrero de 2007

UnaGente Noticias


Le entablillaron un dedo de por vida

Jeva herida en accidente automovilístico

Una Gente - El pasado viernes 24 de febrero, fue trasladada al servicio médico de la Universidad Bicentenaria de Aragua, una jeva con una herida de gravedad en el dedo índice de la mano izquierda. El accidente ocurrió en horas de la noche cuando la joven estudiante llamada Bethsi Sexy se disponía a salir del vehículo de uno de sus compañeros, y un joven llamado Pedro Castro que se encontraba esperándola afuera, cerró la puerta del vehículo sin percatarse de que la srta. Sexy no había terminado de sacar la mano. En pocos minutos fue atendida por un médico que se encontraba en lugar, quien rápidamente paró la hemorragia por la herida en el dedo de la víctima.

Más tarde fue trasladada al centro médico donde tuvieron que entablillarle el dedo de por vida, lo que podría causar que esta pobre muchacha no pueda volver a su trabajo en Mc.Donald’s. “Aquí necesitamos gente que pueda preparar hamburguesas, servir Sundae y pintar las caritas de los niños en halloween, por lo tanto dudo que ella pueda regresar al trabajo” explicó Jesús Salamanca, gerente de personal de la franquicia norteamericana de hamburguesas. Sin embargo, los familiares de la víctima no levantaron cargos contra el conductor del vehículo ni contra el sr. Castro, causante principal de esta tragedia.

jueves, 22 de febrero de 2007

10 cosas que no deben faltar en un carro



1.- Billete de 20mil escondido - [Para emergencias, uno nunca sabe]
2.- Botella de Whisky - [Tiene varias funciones, sirve para regalo si te encuentras a alguien que no ves desde hace años, puedes sobornar a policías, Tránsito Terrestre o guardias nacionales y también para curar heridas]
3.- Cables Auxiliares - [Si tu carro es automático y descargas la batería, lamentarás no llevar estos cables]
4.- Cuchillo, Bate y Spray de Pimienta - [Sirve para defensa personal, para pelar frutas, cables y jugar béisbol, etc]
5.- Impermeable - [Por si llueve o no quieres que alguien te reconozca]
6.- Linterna - [Siempre es últil]
7.- Lápiz o bolígrafo - [Para escribir cartas, firmar cheques, enviar notas románticas al carro de adelante o para cambiar la hora en el reloj del carro]
8.- Toallas de Bebé - [Sirve para limpiar la grasa de las manos cuando comes en la calle, para limpiar el carro, limpiar cualquier desastre que pueda ocurrir en el carro, cualquiera!]
9.-Traje de Baños - [Por si te sale playa o piscina inesperadamente o por si vas a una fiesta y casualmente había una piscina]
10.- Vasos Plásticos - [Para tomarte el Whisky si tienes una celebración inesperada, para enchufarte en las bebederas de caña callejeras, etc]

Mis 14 Amigos



Para muchas de las personas que conozco, un amigo es alguien muy especial, que está a tu lado en momentos difíciles, que te da consejos, que siempre te llama o te visita y te regala “mariconerías” en el Día del Comerciante, como lo llamaría Avagun, o Día de San Valentín, como lo llaman algunos por ahí. Sin embargo, yo tengo una concepción distinta de la amistad y tiendo a marcar una clara separación entre amigos y familiares, por ende, no es muy fácil oírme decir a alguien “eres como mi hermano o hermana”. Ninguna persona es igual a otra y ningún amigo es tan o más amigo que otro, la amistad no es cuantitativa, sino cualitativa, artificialmente física y conformada por gestos, momentos y cosas en común.

Siempre he definido a los amigos como “cualquier persona que en un momento dado tenga algún gesto agradable conmigo y sea capaz de ayudarme sin conocerme, o simplemente una persona con la que pueda conversar y llevármela bien. Incluso un perro puede ser un gran amigo”. Esta definición, muy personal, me ha llevado en ocasiones a cuestionar si se podría hacer algún tipo de categorización, o tal vez precisar cuáles amigos serán más valiosos, a cuáles conoceré mejor y quiénes han aportado cosas más importantes a mi vida. Entonces me pregunto si será justo señalar con el dedo y contarlos, y bajo qué criterios se pudieran incluir o excluir de un lugar preferente.

Cuando mi mamá era niña, mi abuelo le decía “hija, en la vida hay que tener 14 amigos, porque si uno te sale malo, te quedan 13”. (De allí sale la frase) Yo la verdad no sé cuántos amigos tengo, no sé cuál sea mejor, ni siquiera sé cuántos me han salido malos, sólo sé que tengo amigos extraordinarios con los que además de rascarme, puedo intercambiar cosas realmente positivas, conocimientos, experiencias, chistes, anécdotas, además de incentivarnos mutuamente a la lectura, la escritura, los estudios, la música, el arte, la honestidad, la vida. Creo que tengo los amigos que merezco, ni más ni menos.

Un Buen Intento



En un momento en el que los otros animales juzgaban, criticaban y odiaban en silencio por razones injustificadas, un joven saltamontes pensó que podría estar en serios conflictos, se sentía amenazado por una especie de invertebrado, un microscopio, un conjunto de voces cargadas de pragmatismo prefabricado. De pronto, una ilusión fugaz penetró en una casa gigante, construida con las hojas de un árbol en un lugar colorido, donde un punto curioso de la existencia tropezó sin querer con el pequeño animalito.

Tratar de ser feliz, el equivalente a saber (o poder) vivir, en la reflexión de un saltamontes, que se siente saltamontes, y que con un instinto adelantado a su evolución, entiende que sólo un tropezón no define una vida. Definitivamente fue un buen intento, un gran salto para estrellarse contra la realidad y volver a recorrer el largo camino, es un perfecto buen intento, porque la vida no es una escalera, no es una serie de pasos, ni mucho menos el canal de un río. Más bien debe ser como el mismísimo sendero del universo, inconstante, desconocido, impredecible y lleno de misterios irresolutos e irresolubles.

martes, 20 de febrero de 2007

Un Experimento: ¿Recuerdos Sistematizados?



Una de las sensaciones más excitantes de la vida, es recordar buenos momentos. Todo lo que hoy vivimos, percibimos y experimentamos será sólo un recuerdo en el futuro, y lo más atrayente de los recuerdos es que son instantes que no podemos volver a vivir, sólo podemos reproducirlos a través de imágenes en nuestra mente. Sin embargo, con el tiempo he empezado a creer que esas cosas que diariamente vivimos sin demasiada emoción, pueden hacerse con el tiempo más y más especiales, y a través de nuestros sentidos podemos llegar a estar cerca de volver a vivirlas.

Hay muchas cosas que nos ayudan a traer a colación un recuerdo, tales como: un olor, un sabor, un sonido, una fotografía, un rostro, una voz, una canción. Los seres humanos somos sinestésicos y es natural que nos apoyemos en estas imágenes sensoriales para evocar los momentos importantes de nuestras vidas. Por ejemplo, para mí comer hallaca es estar en navidad, escuchar gaitas zulianas es estar en navidad, y el olor de la pintura, del polvo del arbolito y de las aceitunas me hacen vivir la navidad.

Particularmente, creo que las fotografías no bastan para recordar efectivamente, de hecho, ni siquiera pueden llevarme a experimentar una sensación cercana a volver a vivir algún evento de mi vida, a diferencia de los sonidos, los olores y los sabores. Mi adicción a recordar cosas me hizo pensar en la idea de sistematizar los recuerdos, o tal vez planificarlos, apelando a mi retentiva sensorial.

El año pasado comencé entonces mi experimento, poniendo un ambientador específico en el carro o en mi cuarto durante un lapso específico de tiempo correlativo a un período importante de mi vida, o escuchando una canción y/o un artista específico durante las vacaciones, el verano, o cuando salga de la ciudad etc, lo que en la experiencia me ha resultado fascinante, porque ahora tengo una “recuerdoteca” conformada por música, inciensos y golosinas.

lunes, 19 de febrero de 2007

UnaGente Noticias



llevó su depresión a lugares muy fríos


Jeva Ahogada en Contenedor de Helados

UnaGente - El pasado lunes 15 de Febrero fue hallado el cadáver de una jeva de 21 años en un refrigerador de la heladería América, ubicada en la calle 10 de Diciembre de la capital aragüeña. La víctima de nombre Mary Carmen Cicala Tresmarchas, tenía aproximadamente 12 horas en el contenedor de helados. Las causas de esta tragedia se desconocen, aunque según declaraciones de los familiares, la víctima llevaba varios meses siendo hostigada por dos jóvenes, Angel Martínez y Pedro Castro de 23 y 24 años respectivamente, quienes con chalequeos y burlas la habían llevado al borde de la locura, por lo cual se presume que haya sido un suicidio. “Ella antes era una persona normal, alegre y de cabellera abundante, pero desde que conoció a esos dos amiguitos cambió mucho, se le empezó a caer el pelo y estaba cada día más demacrada y amargada” Señaló, la señora Franca, madre de la víctima. Asimismo pidió justicia a los organismos encargados de las investigaciones, quienes aún no han dado con el paradero de los responsables intelectuales de este hecho. La vieja (la preñada), amiga de la víctima acotó “es que a uno de le pegan las cosas de los amigos, de mary carmen se me ha pegado lo loca”.

Frase Célebre: "Las moscas de hoy no son las moscas del mañana"

En honor a mi gran amigo You Know!

¿Sabes cuánto dura la fuckin vida de una mosca?, una mosca en su etapa adulta, es decir, en el estado que las reconocemos comúnmente, voladoras, intrépidas, veloces y contaminantes, puede durar tan sólo un día. Esto quiere decir, que en un establo en el que suelen vivir muchas moscas, cabe pronunciar una frase célebre: “las moscas de hoy no son las moscas del mañana”.

domingo, 18 de febrero de 2007

¿Quién entiende a las Mujeres?




Es cada vez más común escuchar a muchos hombres plantearse la interrogante “quién entiende a las mujeres”, sobre todo en esos instantes en los que entran en algún conflicto con sus novias, conquistas, arrejuntes, o en el peor de los casos, con sus esposas, por una razón que ellos probablemente desconocen. Son esos los momentos que hacen que algunos hombres empiecen a sentir que no pueden identificar el problema, que no saben qué es lo que ellas quieren, o no saben cuál fue el error que pudieron haber cometido para que su chica muestre una actitud extrañamente negativa, de esas que suelen tener muchas mujeres frente al hombre que les “mueve el piso” por razones que en el 90% de los casos, son verdaderas estupideces, o alguna manifestación de brutalidad emocional.

Los casos más clichés.

Carlos: Una crítica a la estupidez masculina.
María: Una crítica a la estupidez femenina.

Caso 1. Carlos pregunta – “¿qué te pasa, por qué tanta seriedad?” – María responde – “Nada!, yo no estoy seria” – con cara de seriedad y voz impertinente, entonces Carlos le toma la palabra y se queda tranquilo. Cinco minutos más tarde, María le dice – “Qué bolas, ni siquiera te preocupas por saber lo que me pasa” – y Carlos piensa – “quién entiende a las mujeres”.

Caso 2. Carlos le dice a María – “Me invitaron mis amigos a la playa este fin, no te importa si voy ¿verdad?” – María responde con cara impertinente y un poco de sarcasmo – “No vale, para nada, tú puedes salir con tus amigos, pero ya que tú vas a la playa yo voy a salir con mi amigo Juan” – Carlos le pregunta – “¿Juan?, ¿tu ex-novio?, ¿ese que odiabas?” – María responde con una sobreactuada naturalidad – “Sí pero tú sabes que él y yo ya no somos nada, sólo amigos” – Carlos, decide no ir a la playa, se siente presionado y sólo piensa – “quién la entiende”.

Caso 3. Carlos le dice a María – “Mi amor, esta noche voy a salir con mis panas a ver el juego de béisbol, ¿no hay problema verdad?” – María le responde – “No vale, no importa, yo me quedo sola en mi casa, me pondré a ver televisión será, que te vaya bien” – con una clara muestra de hipocresía y cara impertinente, entonces Carlos le dice – “Bueno, es solamente por hoy que tengo tiempo sin compartir con mis panas, mañana salimos, ¿quieres?” – María responde – “No sé si mañana pueda salir, tengo que estudiar, y pasado mañana tampoco creo que nos podamos ver porque voy a visitar a mi abuelita, así que no sé cuando será que nos volvamos a ver” – una vez más con voz odiosa y muestra de naturalidad sobreactuada de novela mexicana. Entonces Carlos se queda, no sale y piensa - “Verga, quién la entiende, nunca estudia y mucho menos visita a la abuelita”.

Estos son algunos de los casos más típicos (con sus respectivas variaciones en el guión) de las actitudes femeninas que algunos hombres no han logrado comprender y sólo se defienden diciendo una y otra vez “quién entiende a las mujeres”. Esa es, definitivamente, una frase repetida y sin chiste, que surge como producto de la moda y la cultura de masas, y que además suena a confesión de debilidad sexual frente a los más recientes paradigmas sobre la liberación femenina y el nuevo sexo débil.

La respuesta es simple, NO HAY NADA QUE ENTENDER, las mujeres son manipuladoras, les gusta que les “jalen bolas”, les fascina joder la paciencia, son verbalmente ambiguas, dominantes y controladoras. Sin embargo, el problema no es las mujeres, ellas son así, es su naturaleza, el problema es el montón de Carlos que hay por ahí cayéndose a incoherencias.-